Sostens

Setso en Porreras. Novienbre 2021. Escrittor

Uep como anamos? Yo? Más avorrido que una truya en la porquera. No hay masa truyo en el Aguacalte Felís y no sé estar mano sobre mano, qué voléis que vos diga? Hase unos días que rumío de una cosa que me he entemudo no hase gaira. Etsiste un pograma de radio en el que tesplican como ser escrittor, y escoltando los al lotos que charran, semblaría que es muy fásil y sensillo. Y me he dicho, meamos, yo también me quiero haser famoso hasiendo una novela, porque en el sine yo ya he sortido, no fotamos.

En el pograma disen que hay de demanarse unas preguntas básicas para comensar: de qué charrarás, el taryet (que por mí es el pubblico que voles) y cuánta estona has de pasar escribiendo y cuánta lleyiendo. Y me he respuesto: como no quiero haser una novela de yo, el taryet soy tanbién yo peró, pues tserá de setso, no? Que es lo que más conosco y de lo que podría charrar más.

Un golpe respondidas las preguntas básicas, uno se ha de posar delante de la máquina de estcribir. Dia darrera dia. Primero trobar un personaque, después un logar y lo darrero una situasión. No lo trobo difísil, qué vos he de desir. Yo me he jodido un palo en sifón me he asegudo en el menyador y he ensatado mi carrera de etscritor con el primer capítulo. No se si me voy a empagueir o vos enrieréis de mí o qué, vos voy a aferrar un primer esborraño peró y me desís qué vos siembla.

Setso sentido

Un cuento bruto

1. Ven aquí que te rebentaré

La Miquela de Cagapesetas, que era su mal nombre, se guañaba las garrobas engreisando puercos en los inviernos, y en los estíos tomando metlas y agafando ubercoques. Era una famella que iba bien buena y muy fuerte. Hasía estona que desía que si la fuertor fuese boira, no veuría ni de a propo ni de en fuera. Conosida en todo el Plano desde coven por su afisión por el baile de salto, las berbenas y rebetlas.

La Miquela braveyaba de sus setsis y rodonas mamas. No porque quisiera haser de bufa, sinó porque en tenía un buen parello y le agradaba muestrarlas sovinto. Una de sus mecores afisiones era aturar el butanero y haserle perder el corbamo, trayéndoselas cada momento y hasiendo acudidos grolleros que lo hasían empagueirse.

La darrera vegada que lo hiso, hasía calor. Una calor de fondra el enfalcado, de aquellas calores que te hasen suar como un porco y no piensas más que remocarte despuyada encara que sea amollando el agua y bañarte de una buena manguerada. Bueno, pues entonses, estaba la Miquela en el troso tomando metlas y como estaba toda sola, había desidido anar sin sostenes. Una cosa que le agradaba de haser cuando anaba por en medio, para torrarse bien.

En un momento de mucha calor, amolló el garroto de espolsar metlas y garrobas, y se hiso una moña con la negra melena que anaba esquena abaco cual yengo de fueggo que deca un caminoyo de sutza derrera suya, que hasía pensar en linterior de un fumeral.

Se hiso la moña se acotó, agafó el botico y lo achecó para bever de él pegando unas glopadas que de bien poco no se acuba.

—Aaah, esto dona gusto —dico un golpe había apagado la sasiedad de su sed. Y decando el botico en tierra un otro golpe, vio que se hasía tarde. De golpe se enrecordó. —No me sé avenir —yemegó— si no marcho ya hasia casas, no me donará tiempo de comprar el butano.

Y decando una buena estendida, giró los bueyes y tornó hasía casas.

De no haber frisado como lo hiso de seguro que no hauría llegado en tiempo de haser unas tseñas al butanero para que se aturase.

—Ay, ay, ay —dico en verlo cuando se aturó devora ella— atúrate Tomeu que he vengudo corrensos. Ahora te dugo la bombona buida. Que me bacarás una tu? Que yo encara no tengo estos bravones que tú tienes. —Y le picó el ojito.

El Tomeu era el butanero de toda la vida. Setsi, muy neto y fanero. Se desía que un golpe había puesto masiones de que podría bacar media dosena de botellas con las duas manos. Y otras animaladas semblantes pero esto era radio calle.

La cuestión es que el Tomeu estaba ya un poco farto del estío, de las bombonas, del camión y de la prostituta de oros. Frisava de llegar a casa suya y achancarse en el sofá a gratarse las cojoneras y no hacer ni el huevo. Así que en bacar la bombona no dico ni asa ni bestia.

—Me la metes a la bugadería? —Preguntó la Miquela. El Tomeu no alsó ni la vista.

—Aquí te la poso?

—Sí, sí… ahhhh —y con una bufada bien setsi se descordó la brusa, decando ver los tsostenes. —No trobas que hase mucha calor hoy? —Dico amb un tono de telefonista que fuman.

El Tomeu se había puesto roco como una tomátiga.

—Ay, rey, a veses no sé si te falta una brusca o eres muy empagueidor. O es que no te agrado? —Y a poco a poco, le agafó una mano y se la acostó primero ensima de la cama para anar puyando hasta el pitramo.

En Tomeu va amollar un sí que por poco no se siente, agafando la mama con las manos y pastándola como pan de payés. Luego, se acostó una miguita para lleparle un mugrón, que se empinó justo asercarle la lengua como la pala del trattor.

—Ay estimada, yo que estaba por partir pero trobo que la fuertor y ese remenar de anca, no me decará yeura de pancha. —Dico pararresitando a uno de los grandes.

—Ay Tomeu que me siembla que me ha pegado talento. No tendrás una buena sobrasada para yo?

—Como son las cosas que he llevado esta —dico el Tomeu pegándose grapada a las bosas y acostándole la perdiz. —Piensa que es de puerco negro.

La Miquela le desebotonó los calsones y los calsones blancos decándole el pardalo bien al aire, que paresía que había de sortir botando o vuelando a hacer nido.

—Que venturosa, con lo afamada que estoy, me voy a haser un buen beranar. —Dico la Miquela yonollándose tira tira desidiendo si había de posar una miga de asúcar o miel en aquel buñuelo. Le pegó primero una buena llepada para luego, abrasarlo con los morros. El Tomeu yemegó de gusto.

—Ay Miquela, quieres que peguemos un piñuelo?

—Tomeu, oh Tomeu —dico ella— te voy a rebasar el brosado de las espolsadas que te voy a joder. Ven aquí que te rebentaré.

Lo agafó del cacahuete y se lo llevó al cuarto, le pegó una sempenta en el culo de una cosa que lo tomó en el llito pansabaco. Y le amolló:

—Ahora te voy a farmar como un choto y si me menyas la naturalesa me pensaré si te he de amollar.

Agafó de damunto el comodín unos bensisos, hiso una baga y fermó el Tomeu por los brasos, el Tomeu que semblaba una miga esglayado por así como badaba los ocos, pero su marbro le mostaba que anaba por el buen camino. Si enrabanaba más, habrían de ir a urquénsias por miedo a una etsplosión.

Un golpe lo había farmado, lo puso panchanlaire y se asentó amunto con la cotorra en su cara.

—Llepa menudo. Llépame.

Había de reconoser que el Tomeu era bueno. Y hiso un grande esfuerso por trobarle el dallonsos en las vergoñas(y desían que no etsistía), y lo chucló como si fuera un bombón mallorquí en agosto. Animal.

—Oooh butanero, me tremolan las camas —y lo mosegó en un mugrón—. Ay butanero, que me hasen higo —y le mosegó el llombligo— Ay ay butanero que vesaré.

La Miquela aprofitó para engolirle aquel Burmanflats de camón porque volía que arribasen plegados. Dito y feto con un gran yemego que seguro que escoltaron los veinados, esquitaron por todo a la ves que pegaban espolsadas como si habieran de dar las últimas cosas.

La Miquela, poco más tarde desfermó el Tomeu que tenía miedo de becar.

—Au, venga. Que tienes faena. —Lo enyegó. —No voldría que se empreñaran los veinados porque no les arriban las bombonas.

Se esclafó las mamas para ficarlas en el sotén, se apuyó el vestido y se pentinó con las manos.

Qué vos ha semblado? Ya vos había dicho que era un poco brutancho. Meamos que de decís. Si vos ha agradado, pentura escrigo más.

De refletsión no tengo peró.

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